El proceso de galvanización en caliente consiste en la aplicación de recubrimientos superficiales de zinc sobre piezas y elementos de hierro y acero mediante la inmersión de los mismos en baños de zinc fundido a una temperatura de 450 °C. Con ello, obtenemos una  estructura de acero galvanizado que garantiza una mayor resistencia y durabilidad en el tiempo. El proceso de galvanizado por inmersión protege las piezas y elementos metálicos frente a la corrosión por humedad y contaminación ambiental.
Trabajamos de forma coordinada con Galvanizaciones Aragonesas (GALVASA) consiguiendo que los procesos de fabricación y galvanización se realicen de forma óptima hasta la entrega final al cliente.